lunes, 26 de marzo de 2012

La obligada compañia del corredor de fondo.



Siguiendo ejemplos
novelísticos ilustres como La conciencia de Zeno de Italo Svevo o ensayísticos como el Días sin fumar del siempre involuntariamente cómico Vicente Verdú, yo también quiero aburrir a mis contemporáneos contándoles experiencias orgánico-anatómicas, mi superacion personal y mis reflexiones sobre la vida y la hostia. Como ya dejé el tabaco hace mucho, paso a relatar en forma de diario entumecido mi agonía motora y mi lucha contra mis propias pantorrillas como acicate y estímulo hacía mí mismo así como invectiva hacia los demás: ¡Ustedes, autoinmovilizada pandilla de obesos asesinos de arterias, cómplices de la bilis sólida y los lípidos saturados! Ah, qué felices son.

Ah, esta cosa está en:
http://corredorencirculos.blogspot.com.es/


2 comentarios:

  1. Pues sí, ante esos esfuerzos mejor no sentirrse solo, que si no la motivación es más fácil que nos abandone. De todas formas, prefiero ir en bici. Más entretenido y menos tobillofóbico (seguro que no es la primera vez que te lo dicen, somos todos muy amigos de aconsejar a diestro y siniestro sin requerimiento previo).

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  2. Si no se siente uno solo es que no se está esforzando. No consigo correr seguido ni progresar nada pero frases como la anterior me salen como llovidas todo el rato. Debe tratarse de la noradrenalina y la somatotrofina. Que me aturden.

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