domingo, 13 de noviembre de 2016

Segunda semana de noviembre. Incomprensión y desasosiego en el tercer acto

Lunes 8 de noviembre de 2016
Ante el lento aterrizaje del nuevo Gobierno, vuelven las reivindicaciones y exigencias: que hagan lo que firmaron, que abonen lo que deben... cosas así. La cinta de Möbius de una administración llevada por (e inalcanzable para) los mismos.








Martes 9 de noviembre de 2016
Esto tiene que ver con los centros informáticos que se construyen y dotan para que (en teoría) no sean necesarios y nos podamos comunicar entre nosotros. O con ellos. Tan paradójico como todo lo demás. E igual de caro e inútil.








Miércoles 10 de noviembre de 2016
Repítanme otra vez lo de la recuperación, la creación de empleo y las bonanzas abstractas (los números son rarísimos: no mienten) de que gozamos en esta tierra de leche y miel. Yo no veo nada de ello; pero será cosa mía, que no estoy motivado emocional o monetariamente para percibirlo.







Jueves 11 de noviembre de 2016
Después de Rajoy, Colombia y el Brexit al final, claro, los norteamericanos se quedaron con el Cheeto gigante que más asquín daba a cualquier persona sensata. Yo llevo en esto muchos años: sé que si das a elegir, la gente escogerá siempre lo más espeluznante por razones casi siempre pueriles: miedo, rencor, simpatía, atractivo... Somos así. 







Viernes 12 de noviembre de 2016
Como lo de fascismo, de tan sobado, ya no significa nada, ahora se lleva el término populista para ser arrojado al rostro del rival político. Polisémico hasta el extremo, igualmente populista es decir la verdad como todo lo contrario. A mí me parece que populismo es ofrecer soluciones cuando no las tienes o ni siquiera sabes a qué problema te enfrentas, pero la gente cree que consiste más bien en negar que las tengan los demás. Que son unos populistas.







Sábado 14 de noviembre de 2016
La siempre tremenda Consejería de Sanidad perdió 15.000 documentos radiográficos en el Hospital de Ávila, tiene a los médicos incomunicados con las farmacias y unos con otros desde hace... ¡ocho años! y ahora ha decidido hacer una oficina (?) que valdrá medio millón de euros para arreglar los problemas informáticos de Medora, que es el nombre del Gólem que jamás ha funcionado y que no quiero saber cuánto habrá costado todo este tiempo.







Domingo 13 de noviembre de 2016
Las presiones casi tectónicas que sufre el PP en Castilla y León desde hace veintinueve años son inimaginables. Literalmente: no se pueden imaginar. Porque no existen. Llevan tres décadas sin dar cuentas a nadie y siendo recompensados en las urnas por dejarnos sin nada y, sobre todo, por su lealtad perruna, su mansedumbre mineral y su complicidad no supuesta con el Gobierno de turno.



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Esta semana empecé a publicar en ctxt.es, pero como las viñetas se pueden ver en abierto (todos los domingos, lunes y martes) en la portada de publico.es y en los archivos de ctxt.es (sección: multimedia/viñetas) pues ni las consigno, ni las comento ni nada.