Sábado 2 de diciembre 2023 Hay un modelo de timador para el que los norteamericanos han acuñado el afortunado nombre de rain maker (hacedor de lluvia). El individuo que, a cambio de una cantidad, garantiza beneficios —económicos, electorales...— a su cliente, asegurándole que posee una influencia que en realidad no tiene. Si el proceso en el que — supuestamente— intercede y afirma dominar se resuelve de forma favorable, es decir, si al iluso le dan el concurso, el permiso, la licencia o la subvención... el aguador — que, naturalmente, no ha hecho nada— se lleva el mérito —la pasta por su milagrosa intervención ya se la ha quedado—. Pero si, como suele pasar, el primo no obtiene los resultados prometidos el lloviente o vendehumos le contará que otros factores, ajenos a su talento, han resultado decisivos y que la gente es mala y el mundo es así. Bien, pues la Junta con Sánchez. |