domingo, 20 de noviembre de 2016

Tercera semana de noviembre. Este sol de York

Sábado 19 de noviembre de 2016
Je, je. La inversión. Hay tres términos con los que describen el acto de otorgar dinero público. Cada uno da a entender una cosa: si es para algo bueno es gasto, si es para cicatearlo se llama inversión y si se les da directamente a los bancos, se inyecta.










Sábado 19 de noviembre de 2016
Nunca tantos hemos dado tanto durante tanto tiempo a tan pocos. Lo de este individuo es para tesis. Ahora (no me voy a remontar) resulta que destruyó un yacimiento neolítico de (literalmente) incalculable valor para poner ... ¡un comedero de cabras! Le juzgan (y condenan) por ello. Recurre. Sí. Es recurrente.







Sábado 19 de noviembre de 2016
La mejor defensa es un buen ataque. Lo llevan a rajatabla: atacan a la lógica, a los números, a la realidad... Si te dicen que todo es maravilloso y que el problema no existe o ha sido solucionado, no puedes reprochar a nadie que el problema te está devorando. No... está. 








Sábado 19 de noviembre de 2016
Al presidente Vicente el Persistente ocasionalmente le gusta decir que no es eterno ni infalible. Cada vez un coro de lagoteros y sicofantes aúlla que no, que solo él es necesario y ellos contingentes e indignos de entrar en su casa. Bueno, sí. Si les insisten. Lo de la superluna es un (otro) efecto óptico. La Luna estaba más cerca de la Tierra que otros meses. No se veía más grande.








Viernes 18 de noviembre de 2016
Postulaciones. Las personas que se someten a estas organizaciones (los partidos políticos) están dispuestas a rebajarse a lo que sea para seguir como percebes sujetos a tal cucaña. Cuando hay movimientos o mareas asoman la cabecina.








Sábado 19 de noviembre de 2016
En España, lo tengo muy escrito, el diálogo consiste en rebajarse a escuchar al otro algunos minutos. Darle parte de razón, ceder o aprender algo no se contempla.









Domingo 20 de noviembre de 2016
Al final, claro, el monte parió este deficiente roedor: una Ley de Altos Cargos que obliga a los altos cargos a... nada.