sábado, 14 de noviembre de 2020

Segunda semana de noviembre 2020. Aquiles y la tortuga

 



Domingo 15 de noviembre 2020
Sigue el cachondeo. La Junta de Castilla y León no ha soltado un euro DESDE MARZO. Ahora se les ocurre que quizá haya colectivos que necesiten la pasta ya. O hace seis meses.









Sábado 14 de noviembre 2020
Lasciate ogni speranza voi... en serio. Se siguen comportando exactamente igual que siempre. Y siempre han sido unos negligentes tragadores. Ahora, quizá, se nota más.







Viernes 13 de noviembre 2020
Nuevas normas. Cierran los bares hasta el veintitrés, aunque pueden servir en la puerta si dan comida. También ha levantado cierta polémica una campaña del Gobierno diciendo que el azúcar (la sacarosa, sucrosa o azúcar de mesa en realidad) mata. En Castilla y León hay mucho cultivo de remolacha, de donde se extrae. Con lo cual... pues... igual mata, pero nos da lo mismo.







Jueves 12 de noviembre 2020
La frase de la primera viñeta la dijo literalmente, cosa que consigno porque si no, luego, se olvida.








Miércoles 11 de noviembre 2020
A mí no me salen las cuentas. Si le van quitando mitades a un número, este acabará siendo cero. ¿No? ¿O es como la paradoja de Zenón con Aquiles y la tortuga?







Martes 10 de noviembre 2020
EE.UU. sigue dando lecciones... de cómo no hacer las cosas. Su enloquecido sistema electoral por estados, que produce enloquecidos presidentes votados por menos personas que sus oponentes... nos ha tenido entretenidos toda la semana. Bien está lo que bien acaba. Parece que nos libraremos momentáneamente del desagradable imbécil que tenían de POTUS. 








Lunes 9 de noviembre 2020
La labor de los medios. Oh. Ah. Mejor me callo.











2 comentarios:

  1. Si dividimos un número entre 2, tiende a 0, aunque nunca llega a ser 0. En el caso de que fuese un objeto físico podríamos partirlo por la mitad (en teoría) hasta llegar a la dimensión de Planck, aunque me temo que antes prepararíamos una fisión nuclear y se iría todo a tomar pol culo. Igual querían decir esto.

    ResponderEliminar
  2. De ahí el título de esta entrada:
    Una de las paradojas o aporías de Zenón de Elea (en teoría planteó unas cuarenta, de las que Aristóteles glosa nueve o diez, cuatro de ellas sobre el movimiento) es la célebre de Aquiles y la tortuga en la que pone en duda, si no la existencia misma del movimiento sí su inteligibilidad o comprensión.

    En realidad viene a ser la misma paradoja de la dicotomía o bipartición de las distancias pero (¡ah!) dotada (como dice Jorge Luis Borges) de un héroe y de una tortuga. Borges llega a afirmar en su Avatares de la tortuga que “a esos competidores mágicos (junto con la sencilla serie matemática de fracciones) debe el argumento su difusión”. Yo también lo creo. La idea en realidad más que paradójica es pueril: si las distancias se pueden partir infinitamente, el tiempo y energía que las recorra debe ser asimismo infinito, lo que imposibilitaría cualquier progresión. Antes de recorrer uno debo recorrer medio, antes de ese medio la mitad; antes, la mitad de esa mitad… Así, el pélida de los pies ligeros nunca podrá ni siquiera empezar a desgastar la ventaja concedida al galápago.

    ResponderEliminar