sábado, 27 de agosto de 2022

Cuarta semana de agosto 2022. Tormenta seca

 


Domingo 28 de agosto 2022
De hecho nuestros representantes autonómicos actuales buscan ambas cosas: que los que lo tienen todo tengan más y que los que no tienen nada tengan menos. Y están recuperando mecanismos para que esto suceda. Es como una tormenta seca, que junta lo peor de una tormenta (viento y electricidad) con nada de lo bueno (la bendita agua).




Sábado 27 de agosto 2022
Compareció El Gran Carriedo ante los medios y yo juraría que a veces se le escapaba la risa. Por supuesto El Insuperable Mañuenco del Mañuéquez y El Incomparable Quiñónez del Quiñón siguen en paradero desconocido. Aquí, el portavoz afirmó que hablarán de los incendios cuando acabe la campaña (¿de incendios?). No en septiembre, no. EN OCTUBRE.




Viernes 26 de agosto 2022
Las cabras flacas. Todavía no ha acabado agosto y ya están advirtiéndonos de enormes borrascas para el otoño. De todo tipo.




Jueves 25 de agosto 2022
Mañuénquez escribió un tweet (no para el hombre, también retuiteó dos o tres: es todo lo que ha hecho en este cataclismático mes). Diciendo eso. Que lo chungo de aquí (ahora mismo, pues los incendios) es cosa de Estado. No lo va a hablar ni ahora ni con nosotros.





Miércoles 24 de agosto 2022
No sé si lo he dicho ya, pero cualquier otra actividad que fuese cien veces menos peligrosa y tuviese un millón de veces menos muertos estaría tan prohibida como llevar un cañón antitanque cargado por la puta calle. Estas cruentas y torturantes vesanias están cobijadas en el epígrafe de... cultura.




Martes 23 de agosto 2022
Estamos en una era nueva donde los hechos no existen y, esto es lo nuevo, su interpretación, tampoco. Solo se niegan. Las teorías (probadas) no se refutan, se escupe sobre ellas. El lapo y la verdad son iguales ahora. De hecho, gran cantidad de personas confían y dan su voto al escupitajo.





Lunes 22 de agosto 2022
La semana empezó, siguió y terminó así: abandonándonos a la buena fe de los hombres y a la benevolencia de los reptiles, que decía el Pato de la Muerte.