Domingo 27 de marzo de 2016 Fue una humorada sensacional; de los tiempos en que estas gracias te podían costar (y te costaban) la cárcel. En los años cincuenta cuatro fulanos de León, absurdos, brillantes y hambrientos, hartos del ramplón y revenido ambiente (que todavía continúa) de estas santas fechas, se inventaron un culto paralelo, revistiendo a un pintoresco personaje de la ciudad con todas las cualidades de un dios. Esto ha derivado, con los años, en un enorme botellón tan rancio como las procesiones tradicionales. |
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