En marzo de este año los del periódico El País en su modalidad semanal me solicitaron una historieta para rellenar dentro de su serie 'vamos a pedirle algo a todos los dibujantes de España'. Me dejaron bien claras dos cosas: 1) podía hacer lo que me diera la gana y 2) sólo cobraría tras su publicación. Hice esto que pueden ver pinchando en la imagen. Una cosa inofensiva de mucha risa, en el formato que me pidieron, en alta resolución, separando el texto en el canal de negros y la hostia. Después de casi cuatro meses pregunté muy amablemente por qué habían sacado hasta al último aficionado y mi material seguía en barbecho. Me contestan que la jefa había decidido no publicarlo (cosa que no se había siquiera contemplado en la solicitud). Sin más explicaciones.
Así que le he vendido la historieta (por cinco veces menos) a mis (temporales) amigos digitales de Cookingideas. A ver si averiguan ustedes por qué no le gustó a la señora de El País Semanal. ¿Creyó leer cierta crítica hacia alguno de sus colaboradores? ¿No le gustan los palíndromos? Ni idea. También (se) pueden extraer conclusiones de por qué a El País le va como le va.
Ladro mi rencor por las esquinas y suelto toda esta bilis como consejo o aviso para la muchachada que se quiera dedicar a esto de dibujar en prensa. Haceos chivatos de la policía municipal o prostituios a cambio de heroína: en España obtendréis más respeto por parte de vuestros empleadores que en este carnívoro oficio.
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