sábado, 25 de marzo de 2023

Cuarta semana de marzo 2023. La caja sorpresa

 





Sábado 25 de marzo 2023
La ministra de Transportes pasó por aquí de promoción no sé muy de qué. Ya no traen ni promesas ni dibujos de proyectos o plazos... Casi mejor. En total: fuese y no hubo nada.



Viernes 24 de marzo 2023
Ya es primavera. ¿Cambiaron la hora? A mí me lleva un rato de la hostia hacerlo en cada vez más cacharros. Algunos la cambian sola. Lo que también me parece un exceso de confianza. Qué carácter más malo tengo.





Jueves 23 de marzo 2023

Más risas. Dinero público para celebrar los incendios con conjuntos musicales igualmente útiles y afines. Y, hablando de festivales...

Mañuencor del Mañúenquez vuelve a ser noticia nacional. Ahora por sacar el dedo (corazón) en las Cortes de aquí. Mientras una procuradora del PSOE hablaba de los celíacos y reprochaba a nuestro presidente que anduviese de tertulia por los escaños, ignorándola, y se pirase de la sala... el moderado líder de la coalición le hizo una elegante peineta (de espaldas y mirando a su grupo o banda), mientras, en efecto, se marchaba. El comentario del acto (que fue grabado) según el personaje pasó por las fases normales pepianas de negación, desviación, insulto y vuelta: primero dijo que no lo había hecho (no es mi estilo), luego calló esperando que alguna otra burrada hiciese olvidar esta a la op¡nión pública y ahora mismo nos encontramos con la celebración y alabanza del hecho por parte de sus energuménicos compinches de Vox. Lo único que le reprochan es que no que no hubiera ido un poco más allá y se hubiera cagado en los pantalones y arrojado las heces a la oposición mientras les llamaba hijos de puta.




Miércoles 22 de marzo 2023
El efecto mariposa al revés. Una quiebra hace temblar el tejido económico norteamericano y una polilla como Gallardo va al valle del silicio con dinero europeo a... papar moscas.





Martes 21 de marzo 2023
Hay un perfil concreto de personas afirmando que ahora (precisamente ahora) no se puede hablar por la corrección política y tal. Suelen 1) decirlo justo después de abrir su enorme bocaza 2) soltar una contrastada sandez 3) echar de menos tiempos de ordeno y mando y 4) añorar (sobre todo) la impunidad de proferir la bobada sin que nadie les hiciera ver sus dimensiones.





Bola extra
Una heterogénea (y numerosa) comisión liderada por una comisaria europea de no sé qué decidió visitar California por... vaya usted a saber. ¿Para consolarles por la hostia de su banco? Mi idea es que les sobra el dinero. El jinete GaGa Frings, integrante de esta expedición por motivos, no perdió ocasión de hacer el ridículo con una ignorante y absurda charlita de niño de Primaria. Vale como colofón a esta muy deprimente semana asilvestrada y mañueca.

De vez en cuando me entrevistan. Suelen preguntarme con muy buena intención si me ayuda que el material que manejo sea cada vez más estúpido. Pues no. Tratar de sacar conclusiones universales (más o menos cómicas) de comportamientos locales (la sátira) es no solo más fácil, sino que da resultados más finos o sutiles (superiores) cuanto menos romo sea el objeto criticable. No se escriben fábulas sobre animales orinando contra un árbol. 














5 comentarios:

  1. Aprovechando que sale Alaska en una de las tiras (y que no es precisamente santo de mi devoción), me acordé de una entrevista que le hicieron y en la que hablaba sobre la libertad de expresión. Venía a decir que cuando empezó, finales de los 70 y principios de los 80, recibían muchos palos, pero todos venían del mismo lado (del sector facha, por si alguien no lo sabía). Y que el problema ahora es que los palos te caen de todos los lados: fachas, rojos, centristas y apolíticos. No es que ahora haya menos libertad de expresión, es que los ofendidos aparecen en todos los frentes.

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  2. Sobre los límites o la mera existencia de la libertad de expresión y cómo se percibe por parte de algunos habla otra tira. No esa. A mí los ofendidos por chorradas me dan exactamente igual mientras no manejen dinero público o dicten sentencias.

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  3. Los que dictan sentencias, junto con los que ponen las denuncias, son lo peor. Acordarse de la denuncia a Javier Krahe (hace 4 días, como quien dice) por meter un crucifijo en el horno (en los años 80 ó 90) o las denuncias de apología del terrorismo por hacer chistes de Carrero Blanco (!!!). Menos mal que tenemos una ejemplar Constitución y vivimos en un Estado de Derecho, que si llegamos a estar en una dictadura...

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    1. A ver.Yo nací cuando Franco estaba vivo y ya tenía pelos en los cojones cuando las cosas cambiaron LA HOSTIA. Comparar esos dos casos (que no llegaron a nada) con la panoplia de leyes de las que la dictadura disponía contra las libertades (en general y contra la de expresión en particular) me parece una peligrosa memez. Se pueden cambiar muchas cosas en el Código Penal, naturalmente, pero el que tenemos ahora, bien aplicado, sirve para que sumarios como los que cita (ha habido muchos más) no sean más que una sonada anécdota.

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    2. Por supuesto que ahora hay más libertad que cuando Franco. Lógico, porque aquello era una dictadura y se regía como tal. Cuando palmó el susodicho fue aumentando la libertad, en general, de forma gradual. El problema actual es que vivimos en una democracia (se supone) y que en vez de ir aumentando la libertad de expresión, lo que aumenta de forma exponencial es la censura o, como dicen ahora, la "cancelación" (como odio este palabro). Y si la cosa sigue a este ritmo, pues igual en unos años se pone la cosa como cuando estaba el carnicerito del Ferrol.

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