Miércoles 5 de enero 2022 El ministro de Consumo Garzón del que, Dios lo sabe, no soy muy aficionado, dijo unas cosas perfectamente sensatas (primera sorpresa) al diario británico The Guardian sobre la ganadería extensiva (que alabó y puso como ejemplo) y sobre la intensiva. De esta última afirmó que es contaminante, invasora, maltrata al animal y distribuye productos de baja calidad. Todo eso es es absolutamente indiscutible. Yo añado que (además) altera los precios y destruye puestos de trabajo. Al Partido Popular en general y a Mañuénquez del Mañuenco en particular les faltó tiempo para tergiversar las palabras del ministro y mentir afirmando que dijo todo lo contrario y que quiere eliminar la ganadería, quemar las granjas con los granjeritos dentro y derramar sal sobre sus tierras. La derecha contra la realidad y si cuela, cuela. Nada nuevo. Pero recordemos que Garzón (¡comunista!) no pertenece al Partido Socialista y (segunda sorpresa) he aquí que, en una estúpida jugada, Tudanca y su organización se apuntan al bulo, insultan al ministro de su coalición y le dan la razón al PP. ¿Con qué interés? Las macrogranjas están en muy pocas manos y benefician a aún menos gente (aunque perjudican a mucha), el PSOE ya ha votado en contra de su regulación... Pero ni siquiera estamos hablando de eso. |
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