sábado, 24 de abril de 2021

Cuarta semana de abril 2021. Manchas de café

 



Domingo 25 de abril de 2021
Supongo que es posible despojar a la historia de emociones, de buenos y malos, de anacronismos y de conjeturas. Pero nos gustan, comprendemos y nos divierten esas mierdas. Por eso, cuando, como decían en Liberty Valance, nos dan a elegir entre hechos y leyendas, imprimimos la patraña. Un día de estos fue el de EL LIBRO.






Sábado 24 de abril de 2021
No. No hemos aprendido nada. Miramos el pasado y elegimos trozos (muy breves) que nos gustan y que creemos que se nos parecen. De una sesión de retratos la gente no suele elegir la foto de mayor similitud, sino la más halagadora. Donde salga más guapo. Pero el tiempo no se detiene ni se repite. Y los hechos son múltiples y simultáneos. Solo pasa una cosa y las demás se detienen a la espera de su desarrollo en las novelas malas.








Viernes 23 de abril de 2021
Igual son impresiones mías. Pero el número de premios y de asociaciones de empresarios me parece... desproporcionado. Otro tema es a quién se le adjudican unos y para lo que valen y rebuznan otros.








Jueves 22 de abril de 2021
El día diez de mayo (si no me equivoco) el Gobierno tiene previsto poner fin al estado de alarma. Por supuesto, a la oposición, que llevaba llorando un año ante tal tiranía, también le parece mal por exceso o defecto y seguirá tocando los cojones pase lo que pase.








Miércoles 21 de abril de 2021
500º aniversario de la batalla de Villalar. Tremenda cabalgata de disparates históricos, deformaciones e ignorancia en general sobre el tema del levantamiento comunero. He llegado a oír que en León se inventó la democracia parlamentaria (!) hace mil años y las revoluciones burguesas en Toledo (Villalar está en Valladolid, pero la capital comunera ¡ay! es Toledo) hace quinientos. Es una lata que vivamos todo el rato, luego lo comento, precisamente en los huecos de tan formidables (e imaginarios) logros que no parecen... cuajar.







Martes 20 de abril de 2021
El presidente del Real Madrid trató de implementar una especie de híper campeonato de fútbol con los doce mejores (y más ricos) equipos de Europa. En solo veinticuatro horas se presentó y se desmoronó el proyecto. Por motivos. Las razones con que las personas que poseen muchísimo justifican su afán para acapararlo todo siempre resultan graciosísimas.






Lunes 19 de abril de 2021
Viñeta autobiográfica. Yo (aunque tengo más pelo) sería el jardinero. Tiendo a la doctrina y al magisterio y al coñazo. Constituye un grave defecto.











6 comentarios:

  1. "Hay que darle más al que más tiene hasta que lo tenga todo". Así de sencillo. Con palabras parecidas me explicó cómo funciona nuestra sociedad un amigo mío cuando yo era joven. Han pasado muchos años y, por desgracia, no he podido encontrar ni un solo fallo en esta clara explicación. Luego la culpa de todos nuestros males se la echamos a los menas que vienen en un cayuco. Como si ellos fuesen a quedarse con toda nuestra pobreza.

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    1. Es la teoría del Trickle-down, del caballo y el gorrión o, como decimos aquí, del goteo. Esta estúpida falacia no parece ser desmentida ni con los hechos, así que dudo que vaya a ser desarmada en un futuro con ninguna otra cosa. Tal delirio comenzó a cobrar (nunca mejor dicho) respetabilidad con el funesto Ronald Reagan: la riqueza de forma inevitable se licua hacia abajo. Qué risa. Quien crea tal cosa ignora que la riqueza es impermeable y que los que la poseen carecen de poros. Como me dijo un zahorí ante mi extrañeza porque no hubiera agua al lado de un río: "Yo soy vecino del Bilbao Vizcaya y no se les ha filtrado nunca por la pared ni un solo duro".

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  2. No estoy de acuerdo con eso de que tiendes "a la doctrina y al magisterio y al coñazo". Al menos en lo concerniente a este blog. Otra cosa es que estés en contra de los estimulantes neuronales, en mi opinión tan necesarios.

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    1. A ver, aquí debe haber un malentendido. Estos comentarios están abiertos con el exclusivo propósito de insultar al autor (yo), que le digan que no tiene ni idea y que le llamen fascista. A mí que alaben o me den la razón me confunde y aterra. Je, je. Gracias, hombre. Muy atento. Pero, sí, tengo afición a corregir a la gente. Ya lo estoy haciendo otra vez.

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  3. ¿Que te llamen fascista?... Lo raro es que no haya aparecido ya por aquí algún 'voximano' llamándote y rojo y todo eso.
    En cuanto a las alabanzas, comprendo que puedan llegar a ser más difícil de asimilar que las críticas. Pero tranquilo, la próxima vez te parto las piernas. Je, je, je...

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