Última semana de marzo 2020. Números

Lunes 23 de marzo 2020
Pues esto es serio. La semana empezó como terminó la anterior. Con la población metida en casa. Confinamiento o cuarentena. Yo soy optimista. Confío en que, como decía Churchill, no estemos al final, que ni siquiera estemos al principio del final, pero sí al final del principio. El estado de alarma se ha extendido hasta el once de abril. 

Martes 24 de marzo 2020
Como nadie (gracias a Dios) le hace ni puto caso, el presidente Mañueco va soltando ideacas que pasan desapercibidas. Convertir abril entero en festivo fue la primera. Esto de las cárceles, que atribuyo a un lapsus fredudiano (¡no hay más recintos!) fue la segunda. No creo que quede ahí la cosa.

Miércoles 25 de marzo 2020
En España no tenemos término medio, lo repito todo el rato. Tierra de fanáticos, nos precipitamos en nuestros juicios tanto para un lado como para el otro con menos datos que pasión.

Jueves 26 de marzo 2020
Nos han pedido, por nuestra vida, una cosa muy sencilla: estarnos quietos en casa. La mayoría estamos respondiendo, creo (y me asombra), bien. 

Viernes 27 de marzo 2020
Periódicamente la Junta afirma (y todos estamos de acuerdo) que no debería haber asumido jamás responsabilidades sobre campos sensibles, como la Educación, la Sanidad o... cualquier otro que hayan cometido la temeridad de concederle. La maláfora del timón es muy graciosa. Una maláfora (me temo que la palabra no existe en español, aunque sí en inglés: malaphore) se compone de dos frases hechas usadas mal a la vez (algunos escritores y periodistas llegan a manejar hasta tres). Aquí tenemos el 'estar al frente de' y 'empuñar el timón'. Pues 'estar al frente del timón' (!). Mirándolo ceñudo con las manos atrás y las piernas abiertas mientras se balancea en el puente, supongo.

Sábado 28 de marzo 2020
En tiempos de incertidumbre la moñoñez reina. Aplausos solidarios, cancioncillas, ángeles sin alas, corazoncitos con ellas, héroes sin capa, hadas de ambulatorio...

Domingo 29 de marzo 2020
¿Creían que el doctor Igea iba a estar callado? Ah, patéticos terrícolas. No tienen ustedes ni idea. Estuvo haciendo números sobre la plaga y diciendo una cosa y la contraria, enfadado no se sabe por muy bien qué. Aquí le tenemos dibujando boas cerradas. Es una referencia a El principito de la que, teniendo más de veinticinco años en cada cojón, no voy a dar ulteriores explicaciones.