Primera semana de mayo. Deshonra

Lunes 2 de mayo de 2016
Resacas del Uno de Mayo. El dos también fue el Día del Trabajo porque lo movieron del domingo al lunes para que hubiera fiesta o algo así.

Martes 3 de mayo de 2016
Que habrá elecciones generales de nuevo a finales de junio. Como ya lo sabía (al igual que cualquiera que dedique a estas cosas diez minutos), pues no me pilla de sorpresa y no, no me fatiga que me pregunten lo que opino de mis administradores. Por mí, votaría a diario.

Miércoles 4 de mayo de 2016
En España sentimos veneración por las personas que nos dan la razón durante el breve instante en que nos la dan.

Jueves 5 de mayo de 2016
La puesta en escena. Las cortes de Castilla y León se celebran un día en San Isidoro de León para conmemorar (?) la cuna del parlamentarismo (?), patraña o mueble que se ha hervido a fuego vivo para contentar a no se sabe muy bien quién. Estas cortes tuvieron como tema único las conclusiones (?) del procurador del común, otro artefacto igual de útil o verdadero.

Viernes 6 de mayo de 2016
La confluencia. Las izquierdas tratan de presentarse juntas a las elecciones. La izquierda en general tiene un problema del que carece la derecha. Los conservadores están centrados en sus objetivos: tener el poder, perpetuarse y favorecer sus intereses. La izquierda entre tanto se distrae, discute, habla de política...

Sábado 7 de mayo de 2016
Es un axioma: todo el mundo insulta con el término que le parece más ofensivo a sí mismo. Fascista, payaso, baboso, ignorante, populista... suelen (solemos) decir los fascistas, los payasos, los babosos, los ignorantes, los populistas...

Domingo 8 de mayo de 2016
La paradoja del periodista reside en que tiene un solo poder: el de su credibilidad. Y no debe usarlo jamás. Puedes mentir a las personas que te creen un número limitado de veces (a veces ese número parece infinito, pero no lo es). Formatos. Papel, Internet, televisión... La plantilla es lo de menos: el origen del papel o de las ondas o cables es el mismo: precio y accesibilidad. La gente leería la verdad o buscaría la noticia real en letreros por las calles, sobre discos de cera, escrita en trapos de cocina, gritada por niños a caballo...